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JUAN CARLOS LESMES BORDA UN DOCENTE EGRESADO DE LA INSTITUCION EDUCATIVA NORMAL SUPERIOR, ACTUALMENTE LICENCIADO EN EDUCACION BASICA CON ENFASIS EN LENGUA CASTELLANA DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA A DISTANCIA

sábado, 14 de noviembre de 2009

RECOPILACION DE POESIAS II

LO DESCONOCIDO

(En el álbum de una bella desconocida)

¿Qué instinto misterioso al hombre inclina
Al despego y frialdad por todo aquello
Que ya conoce, y a vestir de encanto
Y aun perseguir con afanosa industria
Todo lo que le es desconocido?

La cumbre azul de inaccesible monte,
La temblorosa estrella, el pajarillo
Que canta y no se ve, la forma vaga
Que definir las sombras no permiten;
El raudal que velado entre hondo bosque
Estrepitoso se derrumba; el río
Que por arcos de selva entrando vemos
A otro mayor do navegando vamos;
Una frase fugaz de amiga boca
Que a medias, percibimos; un sarao
Desde afuera escuchado; un pie que asoma
La media estrofa de un papel rasgado;
La inscripción rota, la actitud y asunto
Del torso antiguo, el fondo del estanque,
Los remotos orígenes del Nilo;
La ignota mano que escribió un billete
La nave que en la bruma se consume;
El crepúsculo incierto, grato al alma
Muy más que el esplendor del mediodia;
Los cuasi temas, los acordes sueltos
Que de lejana música nos traen
Las ráfagas del viento caprichosas;
El recién muerto, cuyo gesto inmóvil
Calla pertinazmente el gran secreto
Que fascinada el alma le pregunta;
El héroe muerto en flor, que siempre excede
A cuantos su epopeya remataron...
Hay en todo eso el íntimo atractivo
De lo desconocido o lo incompleto
Que a investigar o a completar provoca.

Oigo en todo eso un ¡búscame! irritante;
Imán de lo infinito a lo finito;
O una belleza de ilusión que acaso
La belleza real no alcanza nunca .

Parece que abrigara el alma humana
Tipos de toda perfección , los cuales
En infalible idealidad modelan
Los breves elementos que reciben;
Mientras que, si tentamos coronarlo
Con nuestros medios materiales, todo
De los sentidos la torpeza acusa.

Pero ese afán perseguidor envuelve
La mejor Iucha de la vida, y llenos
Siglos y tierra están de sus conquistas.
De allí la ciencia, progresiva marcha
De lo noto a lo ignoto, a la cual deben
El cielo estrellas, y la tierra un mundo;
De allí el perdido Edén y de allí el Arte,
Cazador de hermosura, que delira
En volver a encontrar el Paraíso
De allí la Historia, la locuaz curiosa;
De allí el Amor, pues siempre en lo que amamos,
Algo, a nuestro pesar, desconocemos;
Y de allí, el desamor para el ingenio
Que, como un libro de escolar, permite
Que el corazón le aprenda de memoria;
Allí la Fe, visión de lo invisible;
Allí, en fin, el instinto, la conciencia
De un destino inmortal; de algo que abraza
Juntos misterio y solución de todo;
Unidad, perfección de perfecciones;
Causa primera y fin de cuanto existe;
Consciente posesión de lo absoluto
Ardiente vida en éxtasi inefable.

Bogotá, febrero 15 de 1881.



ELVIRA TRACY

The mass is over: come, come let us go home!
(De sus últimas palabras)

¡He aquí del año el más hermoso día
Digno del paraíso!, es el temprano
Saludo que el otoño nos envía
¡Son los adioses que nos da el verano!

Ondas de luz purísima abrillantan
La blanca alcoba de la dulce Elvira
Los pajarillos cariñosos cantan,
El perfumado céfiro suspira.

He allí su tocador: aún se estremece
Cual de su virgen forma al facto blando.
He allí a la Madre de Jesús: parece
Estar sus oraciones escuchando.

¡Un féretro en el centro, un paño, un Cristo!
¡Un cadáver! ¡Gran Dios!. . . ¡Elvira!. . . ¡Es ella
Alegremente linda ayer la he visto,
¿Y hoy?. . . hela allí. . . ¡solemnemente bella!

¡No ha muerto: duerme! ¡Vedla sonreída!
Ayer, en esta alcoba deliciosa,
Feliz soñaba el sueño de la vida
¡Hoy sueña el de otra vida aún más dichosa!

Ya de la rosa el tinte pudibundo
Murió en su faz; pero en augusta calma
La ilumina un reflejo de otro mundo
Que al morir se entreabrió para su alma.

Ya para los sentidos no se enciende
La efímera beldad de arcilla impura;
Mas, tras de ella, el espíritu sorprende
La santa eternidad de otra hermosura.

Cumplió quince años: ¡ay! edad festiva,
¡Más misteriosa y rara, edad traidora!
¡Cuando es la niña para el hombre esquiva,
Y a los ángeles férvida enamora!

¡Pobre madre! ¡del hombre la guardaste,
Pero esconderla a su ángel no supiste!
¡La vió, se amaron, nada sospechaste,
Y en impensado instante la perdiste!

Vio al expirar a su ángel adorado,
Y abrió los ojos al fulgor del cielo,
Y dijo: el sacrificio ha terminado,
¡Ven vámonos a casa! y tendió el vuelo.

¡Por eso luce tan hermoso el día,
Indiferente al llanto que nos cuesta!
Hoy hay boda en el cielo: él se gloría:
¡La patria de la novia está de fiesta!

Nueva York, agosto 30 de 1863.

DOÑA PANFAGA O EL SANALOTODO (PARA TARTAJOSOS Y OTROS)

Según díceres públicos doña Pánfaga hallábase hidrópica
O pudiera ser víctima de apoplético golpe fatal;
Su exorbitante estómago era el más alarmante espectáculo
Fenómeno volcánico su incesante jadear y bufar.

Sus fámulos y adláteres la apodaban Pantófaga Omnívora
Gastrónoma vorágine que tragaba más bien que comer
Y a veces suplicábanle (ya previendo inminente catástrofe)
"Señora doña Pánfaga, véase el buche, modérese usted"

Ella daba por réplica: "¿A qué vienen sermones y escándalos?
"Mi comida es el mínimum requisito en perfecta salud.
"Siéntome salubérrima y no quiero volverme un espárrago,
"Un cínife ridículo, un sutil zancarrón de avestruz.

"¿Esta panza magnífica la encontráis por ventura estrambótica?
"¿Hay pájaros más ágiles? ¿Hay quien marche con tal majestad?
"Mi capacidad óptima no consiente un vulgar sustentáculo.
"Vuestras zumbas y prédicas son de envidia: "¡En buena hora rabiad!"

Y prosiguió impertérrita la garbosa madama Heliogábalo
A ejércitos de víveres embistiendo con ímpetu audaz,
Hasta que, levantándose de una crápula clásica, opípara,
Sintió cólico y vértigo, y " ¡el doctor! " exclamó la voraz.

SALTABANCOS FARANDULA, protomédico de ánsares y ánades,
Homeo-alópata-hidrópata-nosomántico cuatri-doctor,

Con cáfila de títulos que constaban en muchos periódicos,
Y autógrafos sin número declarando que él era el mejor;

Gran patólogo ecléctico, fabricante de ungüentos y bálsamos
Que al cántaro octogésimo reintegraban flamante salud,
Tal fue, según la crónica, el llamado por posta o telégrafo
A ver a Pata Pánfaga y salvarla en aquel patatús.

«Iré al punto» respóndele, y durante media hora dedícase
A cubrir con cosmético y cepillo la calva senil,
Pues, aunque vende un líquido que al más calvo lo empluma de súbito,
Nunca es lícito a un médico emplumarse o curarse por sí.

Saltabancos es célibe, doña Pánfaga es viuda y riquísima,
Y en carátula o físico no se cobran hechuras los dos:
Por esto entra en los cálculos del doctor atraparla de cónyuge,
Y antes de verla alíñase con insólita extrema atención.

Al presentarse el pánfilo daba lástima ver a esa prójima,
Pata y poltrona y cámara retemblaban cual buque al vapor
«Señora Excelentísima, él le dijo, aquí estoy a sus órdenes
«Ay mi doctor Farándula, repuso ella, ¡qué mala estoy yo!

FARANDULA-Sin preámbulos, procedamos a hacer el diagnóstico:
¿Qué siente usted de anómalo, qué de extrínseco a su orden normal?

PANFAGA-Dióme un síncope y he quedado muy lánguida y trémula,
Tengo la vista túrbida y en el pecho una mole, un volcán.

FARANDULA-Entendámonos: ¿a qué causas remotas o próximas
Su actual estado mórbido y aquel síncope debo atribuír ?
En análisis técnico lo que usted llama pecho es estómago:
Tal vez hoy en su régimen tuvo usted un ligero desliz.

PANFAGA-¿En la bucólica? no doctor, nunca tuve, el más mínimo,
Soy sobria anacorética, con mi mesa ayunara un ratón;
Pero el miércoles último fui a escuchar a la Pata en Sonámbula,
El céfiro estaba húmedo y quizás me ha inflamado el pulmón.

FARANDULA-Permítame toco el pulso y consulto el cronómetro..
¡Hum, fiebre de mala índole, grave plétora, crece veloz!
¿A ver la lengua?... ¡Cáspita! nunca he visto más diáfanos sintomas:
¡Tragazón troglodítica, tupa bárbara, hartazo feroz!
Del colon al esófago, del polo ártico al ínfimo antártico
Cuántas vísceras y órganos la armazón constituyen
Cuanto encierra, hasta el tuétano, su distensa cutícula elástica,
Es un cúmulo omnígeno de indigesta panzada brutal.

PANFAGA-¡Abate, pécora! matasanos, gaznápiro empírico
¡Qué con tales andróminas faltas cínico a dama gentil!

FARANDULA-Harto pésame, pero tengo que ser muy explícito;
Mi conciencia, mi crédito, mi amistad me lo ordenan así.

Ser, mándanos Hipócrates, confesores, apóstoles, mártires,
Y a la antropófaga Atropos es preciso esta perla arrancar.
Interesante Pánfaga, ¡haga usted testamento,confiésese!
Su situación es crítica y ni a un ganso pudiera engañar.
Mas tengo un específico infalible en extremas análogas
El Nostram Curapáporos , fruto de años y estudios sin fin,
Quintaesencia de innúmeras, y aún incógnitas,plantas indígenas,
Y de cuantos artículos ha enfrascado jamás botiquín.

De este líquido sólido cada escrúpulo cuesta dos águilas,
Que ante omnia, y en metálico, me hará usted el favor de pagar
Pues óigame el catálogo de los simples que incluyen mi fórmula
Y dígame si a crédito o de bóbilis puédolo dar:-

"Récipe:-Acido prúsico, asafétida, fósforo, arsénico,
Pólvora, coloquíntida, tragorígano asarabácara,
Cantáridas, nuez vómica, sal catártica, sen, bolo arménico,
Ruipóntigo, opobálsamo, opopónace, alumbre y sandáraca,

Cañafistula, zábila, ésula, ámbar, sucínico, alúmina,
Eléboro, mandrágora, opio, acónito, lúpulo, argémone,
Canfora, álcali, gálbano, tártago, ánime, pímpido, albúmina,
Tártaro emético, inola, ásaro, isico, láudano, anémone.

Agáloco, tusílago, ácula, íride, azúmbar, betónica,
Elixir paregórico, yúyuba, éter, almáraco aurícula,
Sarcócola y crisócola con dorónica y flor de verónica,
Ranúnculo, dracúncula, emplasto géminis, guaco sanícula,

Cal, ácido sulfúrico, zinc, astrágalo, muérdago, etcéter.
Mézclense por hectógramas todas estas sustancias, ad líbitum,
Y en cataplasmas, caústicos, baños, píldoras, cápsulas, glóbulos
Sinapismos, apósitos, polvos, pócimas, gárgaras, clísteres
Bébase, úntese, tráguese, adminístrese, sóbese y friéguese".

Aquí el método o táctica es similia curantur similibus.
Una atracada cósmica pide un cósmico fármaco atroz.
Un esmético ecfráctico ecoprótico alexipirético,
Calólicon enérgico que no deje decir ¡Santo Dios!

Señora, oiga el pronóstico: in artículo mortis no hay jácaras:
Pague y trague este antídoto o me marcho a otra parte con él.
¡Está usted a los últimos. ya me olisca su trágico término!
¡Pánfaga, amada Pánfaga!. ..¡Oh dolor, oh espectáculo cruel!.

La gálofre, la adéfaga oyó al fin tan patéticas súplicas;
Bebió hectólitros, múcuras; vomitó, se sangró, se purgó;
«¡Etela, dijo el físico, ya está fuera de riesgo, qué júbilo!
Pero... la erró el oráculo:-¡a los cinco minutos murió!

Fueron sus honras fúnebres solemnísimas, largas, espléndidas
Con dobles, kirieléisones, gran sarcófago, séquito real;
Melancólica música la condujo a la umbrosa necrópolis
Y allí, ciegos de lágrimas, le entonaron responso final.

Mil rasgos necrológicos, mil sonetos y párrafos lúgubres,
Mil láminas y pésames dió la prensa en tan triste ocasión
Y hoy, con dolor de estómago, léese aún en su lápida el rótulo:

Yace aqui doña Pánfaga.
¡Véase en este espejito el glotón!

¿Qué fue de Saltabancos?. . . El mundo está lleno de pájaros tales,
¡Y de gansos que dellos se fían!
Apóstoles, Mesías, abolicionistas de todos lo males,
Que con migas de pan o disfraz para drogas triviales
Alborotan, deslumbran, enganchan... y el bolsillo vacían.
Con arduo estudio, con carísima diaria experiencia
Logra un mortal darse cuenta de sí,
Porque iguales no hay dos en complexión, salud ni dolencia:
¿Y uno que nunca me ha visto en su perra existencia
Me curará de un mal que jamás me expliqué ni entendí?

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
Remedio para todos a nadie cura.
Esa cura es la locura, que no hace bien ni mal, o envena.
Cada cual lleva en sí mismo su Hipócrates, su Avicena:

¡LA NATURA!

La Natura y la Moral son dos maestras socias y hermanas,
Como hijas de un mismo Dios que a cada instante anuncian y prueban,
Ellas nos aconsejan; ellas premian, castigan, reprueban;
Y ellas también curan o alivian las dolencias humanas.

Trabajo, sobriedad, orden, régimen, conciencia tranquila,
Clima, ejercicio, aseo, aire puro, fragancia de Dios;
Agua, vino del cielo, que el limpio éter acendra y destila:
He aquí el SANALOTODO, el eterno e infalible doctor.

DOÑA PANFAGA O EL SANALOTODO (PARA TARTAJOSOS Y OTROS)

Según díceres públicos doña Pánfaga hallábase hidrópica
O pudiera ser víctima de apoplético golpe fatal;
Su exorbitante estómago era el más alarmante espectáculo
Fenómeno volcánico su incesante jadear y bufar.

Sus fámulos y adláteres la apodaban Pantófaga Omnívora
Gastrónoma vorágine que tragaba más bien que comer
Y a veces suplicábanle (ya previendo inminente catástrofe)
"Señora doña Pánfaga, véase el buche, modérese usted"

Ella daba por réplica: "¿A qué vienen sermones y escándalos?
"Mi comida es el mínimum requisito en perfecta salud.
"Siéntome salubérrima y no quiero volverme un espárrago,
"Un cínife ridículo, un sutil zancarrón de avestruz.

"¿Esta panza magnífica la encontráis por ventura estrambótica?
"¿Hay pájaros más ágiles? ¿Hay quien marche con tal majestad?
"Mi capacidad óptima no consiente un vulgar sustentáculo.
"Vuestras zumbas y prédicas son de envidia: "¡En buena hora rabiad!"

Y prosiguió impertérrita la garbosa madama Heliogábalo
A ejércitos de víveres embistiendo con ímpetu audaz,
Hasta que, levantándose de una crápula clásica, opípara,
Sintió cólico y vértigo, y " ¡el doctor! " exclamó la voraz.

SALTABANCOS FARANDULA, protomédico de ánsares y ánades,
Homeo-alópata-hidrópata-nosomántico cuatri-doctor,

Con cáfila de títulos que constaban en muchos periódicos,
Y autógrafos sin número declarando que él era el mejor;

Gran patólogo ecléctico, fabricante de ungüentos y bálsamos
Que al cántaro octogésimo reintegraban flamante salud,
Tal fue, según la crónica, el llamado por posta o telégrafo
A ver a Pata Pánfaga y salvarla en aquel patatús.

«Iré al punto» respóndele, y durante media hora dedícase
A cubrir con cosmético y cepillo la calva senil,
Pues, aunque vende un líquido que al más calvo lo empluma de súbito,
Nunca es lícito a un médico emplumarse o curarse por sí.

Saltabancos es célibe, doña Pánfaga es viuda y riquísima,
Y en carátula o físico no se cobran hechuras los dos:
Por esto entra en los cálculos del doctor atraparla de cónyuge,
Y antes de verla alíñase con insólita extrema atención.

Al presentarse el pánfilo daba lástima ver a esa prójima,
Pata y poltrona y cámara retemblaban cual buque al vapor
«Señora Excelentísima, él le dijo, aquí estoy a sus órdenes
«Ay mi doctor Farándula, repuso ella, ¡qué mala estoy yo!

FARANDULA-Sin preámbulos, procedamos a hacer el diagnóstico:
¿Qué siente usted de anómalo, qué de extrínseco a su orden normal?

PANFAGA-Dióme un síncope y he quedado muy lánguida y trémula,
Tengo la vista túrbida y en el pecho una mole, un volcán.

FARANDULA-Entendámonos: ¿a qué causas remotas o próximas
Su actual estado mórbido y aquel síncope debo atribuír ?
En análisis técnico lo que usted llama pecho es estómago:
Tal vez hoy en su régimen tuvo usted un ligero desliz.

PANFAGA-¿En la bucólica? no doctor, nunca tuve, el más mínimo,
Soy sobria anacorética, con mi mesa ayunara un ratón;
Pero el miércoles último fui a escuchar a la Pata en Sonámbula,
El céfiro estaba húmedo y quizás me ha inflamado el pulmón.

FARANDULA-Permítame toco el pulso y consulto el cronómetro..
¡Hum, fiebre de mala índole, grave plétora, crece veloz!
¿A ver la lengua?... ¡Cáspita! nunca he visto más diáfanos sintomas:
¡Tragazón troglodítica, tupa bárbara, hartazo feroz!
Del colon al esófago, del polo ártico al ínfimo antártico
Cuántas vísceras y órganos la armazón constituyen
Cuanto encierra, hasta el tuétano, su distensa cutícula elástica,
Es un cúmulo omnígeno de indigesta panzada brutal.

PANFAGA-¡Abate, pécora! matasanos, gaznápiro empírico
¡Qué con tales andróminas faltas cínico a dama gentil!

FARANDULA-Harto pésame, pero tengo que ser muy explícito;
Mi conciencia, mi crédito, mi amistad me lo ordenan así.

Ser, mándanos Hipócrates, confesores, apóstoles, mártires,
Y a la antropófaga Atropos es preciso esta perla arrancar.
Interesante Pánfaga, ¡haga usted testamento,confiésese!
Su situación es crítica y ni a un ganso pudiera engañar.
Mas tengo un específico infalible en extremas análogas
El Nostram Curapáporos , fruto de años y estudios sin fin,
Quintaesencia de innúmeras, y aún incógnitas,plantas indígenas,
Y de cuantos artículos ha enfrascado jamás botiquín.

De este líquido sólido cada escrúpulo cuesta dos águilas,
Que ante omnia, y en metálico, me hará usted el favor de pagar
Pues óigame el catálogo de los simples que incluyen mi fórmula
Y dígame si a crédito o de bóbilis puédolo dar:-

"Récipe:-Acido prúsico, asafétida, fósforo, arsénico,
Pólvora, coloquíntida, tragorígano asarabácara,
Cantáridas, nuez vómica, sal catártica, sen, bolo arménico,
Ruipóntigo, opobálsamo, opopónace, alumbre y sandáraca,

Cañafistula, zábila, ésula, ámbar, sucínico, alúmina,
Eléboro, mandrágora, opio, acónito, lúpulo, argémone,
Canfora, álcali, gálbano, tártago, ánime, pímpido, albúmina,
Tártaro emético, inola, ásaro, isico, láudano, anémone.

Agáloco, tusílago, ácula, íride, azúmbar, betónica,
Elixir paregórico, yúyuba, éter, almáraco aurícula,
Sarcócola y crisócola con dorónica y flor de verónica,
Ranúnculo, dracúncula, emplasto géminis, guaco sanícula,

Cal, ácido sulfúrico, zinc, astrágalo, muérdago, etcéter.
Mézclense por hectógramas todas estas sustancias, ad líbitum,
Y en cataplasmas, caústicos, baños, píldoras, cápsulas, glóbulos
Sinapismos, apósitos, polvos, pócimas, gárgaras, clísteres
Bébase, úntese, tráguese, adminístrese, sóbese y friéguese".

Aquí el método o táctica es similia curantur similibus.
Una atracada cósmica pide un cósmico fármaco atroz.
Un esmético ecfráctico ecoprótico alexipirético,
Calólicon enérgico que no deje decir ¡Santo Dios!

Señora, oiga el pronóstico: in artículo mortis no hay jácaras:
Pague y trague este antídoto o me marcho a otra parte con él.
¡Está usted a los últimos. ya me olisca su trágico término!
¡Pánfaga, amada Pánfaga!. ..¡Oh dolor, oh espectáculo cruel!.

La gálofre, la adéfaga oyó al fin tan patéticas súplicas;
Bebió hectólitros, múcuras; vomitó, se sangró, se purgó;
«¡Etela, dijo el físico, ya está fuera de riesgo, qué júbilo!
Pero... la erró el oráculo:-¡a los cinco minutos murió!

Fueron sus honras fúnebres solemnísimas, largas, espléndidas
Con dobles, kirieléisones, gran sarcófago, séquito real;
Melancólica música la condujo a la umbrosa necrópolis
Y allí, ciegos de lágrimas, le entonaron responso final.

Mil rasgos necrológicos, mil sonetos y párrafos lúgubres,
Mil láminas y pésames dió la prensa en tan triste ocasión
Y hoy, con dolor de estómago, léese aún en su lápida el rótulo:

Yace aqui doña Pánfaga.
¡Véase en este espejito el glotón!

¿Qué fue de Saltabancos?. . . El mundo está lleno de pájaros tales,
¡Y de gansos que dellos se fían!
Apóstoles, Mesías, abolicionistas de todos lo males,
Que con migas de pan o disfraz para drogas triviales
Alborotan, deslumbran, enganchan... y el bolsillo vacían.
Con arduo estudio, con carísima diaria experiencia
Logra un mortal darse cuenta de sí,
Porque iguales no hay dos en complexión, salud ni dolencia:
¿Y uno que nunca me ha visto en su perra existencia
Me curará de un mal que jamás me expliqué ni entendí?

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
Remedio para todos a nadie cura.
Esa cura es la locura, que no hace bien ni mal, o envena.
Cada cual lleva en sí mismo su Hipócrates, su Avicena:

¡LA NATURA!

La Natura y la Moral son dos maestras socias y hermanas,
Como hijas de un mismo Dios que a cada instante anuncian y prueban,
Ellas nos aconsejan; ellas premian, castigan, reprueban;
Y ellas también curan o alivian las dolencias humanas.

Trabajo, sobriedad, orden, régimen, conciencia tranquila,
Clima, ejercicio, aseo, aire puro, fragancia de Dios;
Agua, vino del cielo, que el limpio éter acendra y destila:
He aquí el SANALOTODO, el eterno e infalible doctor.

DOÑA PANFAGA O EL SANALOTODO (PARA TARTAJOSOS Y OTROS)

Según díceres públicos doña Pánfaga hallábase hidrópica
O pudiera ser víctima de apoplético golpe fatal;
Su exorbitante estómago era el más alarmante espectáculo
Fenómeno volcánico su incesante jadear y bufar.

Sus fámulos y adláteres la apodaban Pantófaga Omnívora
Gastrónoma vorágine que tragaba más bien que comer
Y a veces suplicábanle (ya previendo inminente catástrofe)
"Señora doña Pánfaga, véase el buche, modérese usted"

Ella daba por réplica: "¿A qué vienen sermones y escándalos?
"Mi comida es el mínimum requisito en perfecta salud.
"Siéntome salubérrima y no quiero volverme un espárrago,
"Un cínife ridículo, un sutil zancarrón de avestruz.

"¿Esta panza magnífica la encontráis por ventura estrambótica?
"¿Hay pájaros más ágiles? ¿Hay quien marche con tal majestad?
"Mi capacidad óptima no consiente un vulgar sustentáculo.
"Vuestras zumbas y prédicas son de envidia: "¡En buena hora rabiad!"

Y prosiguió impertérrita la garbosa madama Heliogábalo
A ejércitos de víveres embistiendo con ímpetu audaz,
Hasta que, levantándose de una crápula clásica, opípara,
Sintió cólico y vértigo, y " ¡el doctor! " exclamó la voraz.

SALTABANCOS FARANDULA, protomédico de ánsares y ánades,
Homeo-alópata-hidrópata-nosomántico cuatri-doctor,

Con cáfila de títulos que constaban en muchos periódicos,
Y autógrafos sin número declarando que él era el mejor;

Gran patólogo ecléctico, fabricante de ungüentos y bálsamos
Que al cántaro octogésimo reintegraban flamante salud,
Tal fue, según la crónica, el llamado por posta o telégrafo
A ver a Pata Pánfaga y salvarla en aquel patatús.

«Iré al punto» respóndele, y durante media hora dedícase
A cubrir con cosmético y cepillo la calva senil,
Pues, aunque vende un líquido que al más calvo lo empluma de súbito,
Nunca es lícito a un médico emplumarse o curarse por sí.

Saltabancos es célibe, doña Pánfaga es viuda y riquísima,
Y en carátula o físico no se cobran hechuras los dos:
Por esto entra en los cálculos del doctor atraparla de cónyuge,
Y antes de verla alíñase con insólita extrema atención.

Al presentarse el pánfilo daba lástima ver a esa prójima,
Pata y poltrona y cámara retemblaban cual buque al vapor
«Señora Excelentísima, él le dijo, aquí estoy a sus órdenes
«Ay mi doctor Farándula, repuso ella, ¡qué mala estoy yo!

FARANDULA-Sin preámbulos, procedamos a hacer el diagnóstico:
¿Qué siente usted de anómalo, qué de extrínseco a su orden normal?

PANFAGA-Dióme un síncope y he quedado muy lánguida y trémula,
Tengo la vista túrbida y en el pecho una mole, un volcán.

FARANDULA-Entendámonos: ¿a qué causas remotas o próximas
Su actual estado mórbido y aquel síncope debo atribuír ?
En análisis técnico lo que usted llama pecho es estómago:
Tal vez hoy en su régimen tuvo usted un ligero desliz.

PANFAGA-¿En la bucólica? no doctor, nunca tuve, el más mínimo,
Soy sobria anacorética, con mi mesa ayunara un ratón;
Pero el miércoles último fui a escuchar a la Pata en Sonámbula,
El céfiro estaba húmedo y quizás me ha inflamado el pulmón.

FARANDULA-Permítame toco el pulso y consulto el cronómetro..
¡Hum, fiebre de mala índole, grave plétora, crece veloz!
¿A ver la lengua?... ¡Cáspita! nunca he visto más diáfanos sintomas:
¡Tragazón troglodítica, tupa bárbara, hartazo feroz!
Del colon al esófago, del polo ártico al ínfimo antártico
Cuántas vísceras y órganos la armazón constituyen
Cuanto encierra, hasta el tuétano, su distensa cutícula elástica,
Es un cúmulo omnígeno de indigesta panzada brutal.

PANFAGA-¡Abate, pécora! matasanos, gaznápiro empírico
¡Qué con tales andróminas faltas cínico a dama gentil!

FARANDULA-Harto pésame, pero tengo que ser muy explícito;
Mi conciencia, mi crédito, mi amistad me lo ordenan así.

Ser, mándanos Hipócrates, confesores, apóstoles, mártires,
Y a la antropófaga Atropos es preciso esta perla arrancar.
Interesante Pánfaga, ¡haga usted testamento,confiésese!
Su situación es crítica y ni a un ganso pudiera engañar.
Mas tengo un específico infalible en extremas análogas
El Nostram Curapáporos , fruto de años y estudios sin fin,
Quintaesencia de innúmeras, y aún incógnitas,plantas indígenas,
Y de cuantos artículos ha enfrascado jamás botiquín.

De este líquido sólido cada escrúpulo cuesta dos águilas,
Que ante omnia, y en metálico, me hará usted el favor de pagar
Pues óigame el catálogo de los simples que incluyen mi fórmula
Y dígame si a crédito o de bóbilis puédolo dar:-

"Récipe:-Acido prúsico, asafétida, fósforo, arsénico,
Pólvora, coloquíntida, tragorígano asarabácara,
Cantáridas, nuez vómica, sal catártica, sen, bolo arménico,
Ruipóntigo, opobálsamo, opopónace, alumbre y sandáraca,

Cañafistula, zábila, ésula, ámbar, sucínico, alúmina,
Eléboro, mandrágora, opio, acónito, lúpulo, argémone,
Canfora, álcali, gálbano, tártago, ánime, pímpido, albúmina,
Tártaro emético, inola, ásaro, isico, láudano, anémone.

Agáloco, tusílago, ácula, íride, azúmbar, betónica,
Elixir paregórico, yúyuba, éter, almáraco aurícula,
Sarcócola y crisócola con dorónica y flor de verónica,
Ranúnculo, dracúncula, emplasto géminis, guaco sanícula,

Cal, ácido sulfúrico, zinc, astrágalo, muérdago, etcéter.
Mézclense por hectógramas todas estas sustancias, ad líbitum,
Y en cataplasmas, caústicos, baños, píldoras, cápsulas, glóbulos
Sinapismos, apósitos, polvos, pócimas, gárgaras, clísteres
Bébase, úntese, tráguese, adminístrese, sóbese y friéguese".

Aquí el método o táctica es similia curantur similibus.
Una atracada cósmica pide un cósmico fármaco atroz.
Un esmético ecfráctico ecoprótico alexipirético,
Calólicon enérgico que no deje decir ¡Santo Dios!

Señora, oiga el pronóstico: in artículo mortis no hay jácaras:
Pague y trague este antídoto o me marcho a otra parte con él.
¡Está usted a los últimos. ya me olisca su trágico término!
¡Pánfaga, amada Pánfaga!. ..¡Oh dolor, oh espectáculo cruel!.

La gálofre, la adéfaga oyó al fin tan patéticas súplicas;
Bebió hectólitros, múcuras; vomitó, se sangró, se purgó;
«¡Etela, dijo el físico, ya está fuera de riesgo, qué júbilo!
Pero... la erró el oráculo:-¡a los cinco minutos murió!

Fueron sus honras fúnebres solemnísimas, largas, espléndidas
Con dobles, kirieléisones, gran sarcófago, séquito real;
Melancólica música la condujo a la umbrosa necrópolis
Y allí, ciegos de lágrimas, le entonaron responso final.

Mil rasgos necrológicos, mil sonetos y párrafos lúgubres,
Mil láminas y pésames dió la prensa en tan triste ocasión
Y hoy, con dolor de estómago, léese aún en su lápida el rótulo:

Yace aqui doña Pánfaga.
¡Véase en este espejito el glotón!

¿Qué fue de Saltabancos?. . . El mundo está lleno de pájaros tales,
¡Y de gansos que dellos se fían!
Apóstoles, Mesías, abolicionistas de todos lo males,
Que con migas de pan o disfraz para drogas triviales
Alborotan, deslumbran, enganchan... y el bolsillo vacían.
Con arduo estudio, con carísima diaria experiencia
Logra un mortal darse cuenta de sí,
Porque iguales no hay dos en complexión, salud ni dolencia:
¿Y uno que nunca me ha visto en su perra existencia
Me curará de un mal que jamás me expliqué ni entendí?

Más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena.
Remedio para todos a nadie cura.
Esa cura es la locura, que no hace bien ni mal, o envena.
Cada cual lleva en sí mismo su Hipócrates, su Avicena:

¡LA NATURA!

La Natura y la Moral son dos maestras socias y hermanas,
Como hijas de un mismo Dios que a cada instante anuncian y prueban,
Ellas nos aconsejan; ellas premian, castigan, reprueban;
Y ellas también curan o alivian las dolencias humanas.

Trabajo, sobriedad, orden, régimen, conciencia tranquila,
Clima, ejercicio, aseo, aire puro, fragancia de Dios;
Agua, vino del cielo, que el limpio éter acendra y destila:
He aquí el SANALOTODO, el eterno e infalible doctor.

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